Parashat Toldot: La mejor versión de ti

Si todos deben tener buenas midot ¿cómo se manifiesta la individualidad? ¿Debemos ser todos iguales?

Yaacov y Esav, eran hermanos gemelos. Nacieron al mismo tiempo, de los mismos padres, y recibieron la misma educación.

Sin embargo, eran muy diferentes: Yaacov era “ish tam, yoshev ohalim“, mientras que Esav era un “ish sadé“. La naturaleza de Yaacov era sentarse y estudiar. La de Esav, era salir al campo y cazar.

¿Acaso el destino de cada uno de los dos estaba predestinado? ¿Acaso Esav no podía ser tzadik?

El Jatam Sofer explica que Esav no podía elegir ser como Yaacov. Él necesitaba salir y luchar por la vida, aunque eso no le quitaba el libre albedrio para elegir entre el bien y el mal. Tenía la posibilidad de elegir ser un trabajador que apoya el estudio de Torá de su hermano Yaacov, tal como Zvulún apoya a su hermano Isajar.

Cada persona tiene tendencias básicas que no puede cambiar. Eso no implica que esas tendencias sean malas. Son gustos o inclinaciones emocionales que se puede inclinar al bien o al mal.

¿Cómo asegurarnos que esas tendencias se inclinen al lado positivo y no al negativo? La tarea es difícil, porque no siempre reconocemos esas tendencias. Entonces, ¿cómo podemos asegurarnos de no inclinarlas, sin darnos cuenta, hacia el lado negativo?

Las buenas midot aseguran que las tendencias individuales se inclinen automáticamente hacia el bien. Si alguien tiene una inclinación natural de buscar la sangre, pero tiene buenas midot y no es cruel, no va a derramar sangre y su naturaleza lo llevará a ser mohel, shojet …o médico.

La misión de trabajar nuestras midot, es conseguir nuestra mejor versión.