Dejemos de criticar

Por Leonel Perelis, avrej en el colel Efshar Letakén – Yerushalaim.


La guemará en el tratado de Ioma (75.A) trae una contradicción entre versículos que hablan de la caída del man en el desierto. En uno de ellos, se observa que el man caía al lado de la tienda donde vivía la familia; mientras que del otro se ve que caía fuera del campamento donde se asentaba el pueblo de Israel; por último, en un tercer versículo se entiende que no sólo caía fuera del campamento, sino que alejado del mismo.

También allí se analiza otra contradicción: de un versículo se ve que el man caía horneado, listo para comer, de otro se ve que le faltaba el horneado, y de un tercero se ve que faltaba aún molerlo (y luego hornearlo) para que esté preparado para comer.

La guemará responde la misma respuesta para los dos tipos de contradicciones (donde caía y en qué estado): El man que caía al lado de la familia y listo para comer, era el man de los justos, el que caía fuera del campamento y que le faltaba el horneado, era el de los intermedios, mientras que el que caía lejos y que le faltaba incluso molerlo, era el de los malvados.

¿A quiénes denominó la guemará malvados?

Explica el Mearsha que se refiere a aquellos que se quejaron del man (diciendo que solo ven un tipo de comida, mientras que en Egipto disfrutaban de poder visualizar todo tipo de comidas).

Vemos que la guemará utilizó un lenguaje fuerte para nombrar a este grupo de personas que se quejaron. Por lo tanto, es necesario explicar cuál es el motivo de considerarnos tan negativamente.

Las personas que tienen una tendencia a la crítica (Midá denominada Kitrug) pueden tener las siguientes características: tiende a discutir, reclamar, criticar, juzga para mal, se siente víctima, incluso puede lastimar (verbalmente) a los demás; como consecuencia: no tiene tantas amistades, no reconoce el bien que le hacen, ve su vida en forma negativa.

Ahora que entendemos lo negativa y dañina que es esta característica personal tendremos fuerza para comenzar el cambio y dar el primer paso: el objetivo es aprender a percibir positivamente los sucesos que nos rodean, para esto podemos por ejemplo cada día escribir dos cosas positivas que nos pasaron durante el día, y de esta forma, poco a poco, con la ayuda de Hashem nos iremos acostumbrando a ver las cosas de otra manera.

Y por supuesto, todo trabajo debe estar acompañado de mucha tefilá.

Que Hashem nos ayude a ser mejores personas.