La esclavitud y el trabajo forzado en Egipto son insoportables. El nivel de exigencia del trabajo aumenta y los egipcios siguen presionando cada vez más. Sin duda, los judíos están desesperados por ser rescatados.
Y justo en ese momento de desazón, llega Moshé con el mensaje de la salvación: ¡Hashem los va a sacar de Egipto!, el sueño del pueblo judío se hará realidad.
Sin embargo, el pueblo no escucha a Moshé. “Veló shamú el Moshe, mecotzer ruaj umeavodá cashá”. No ponen atención a las palabras esperanzadoras de Moshé, no por falta de creer en sus palabras, como explica el Rambán, sino por falta de tolerancia.
Una persona puede estar sufriendo mucho por alguna dificultad y no darse cuenta cuando se le presenta la solución, por el mismo sufrimiento que padece. Puede perder la oportunidad de invertir en una solución futura, por su impaciencia de encontrar una solución inmediata.
¿Cómo se explica este fenómeno tan extraño?
La falta de tolerancia (en hebreo: sibolet) y la falta de paciencia (sablanut) se originan en la misma midá. Si se tiene baja capacidad de tolerar problemas, también se tiene baja capacidad de paciencia para obtener lo que se desea. La falta de tolerancia a la incomodidad de los problemas, entonces, es también la falta de tolerancia a la incomodidad por la espera.
Podemos decir que “el que persigue con desesperación la solución – la solución se le escapa”.
Practicar la tolerancia y reforzarla, nos permite mantenernos tranquilos frente a los problemas de la vida, y nos permite estar atentos y aprovechar las soluciones que están por venir.